Ya se promueve abiertamente el GENOCIDIO BLANCO.
Ya se promueve abiertamente el GENOCIDIO BLANCO.
El supuesto "supremacismo blanco", tan de moda ahora en el discurso oficial con el que satirizar a cualquier blanco racialmente consciente de su sangre y de su herencia como baluarte y garantía de supervivencia frente al proceso globalizador, es un término popularizado por la gran prensa judía y el mundo académico en general, en el que hay representado de todo un poco, marxistas, liberales, cristianos, masones, negros y un montón de juden. La escuela de sociología de Chicago estuvo a la cabeza en este tipo de pretensiones ideológicas desde finales del siglo XIX. En realidad, lo único que encubre es su odio a la raza aria/blanca, contra la que están puestas de manera continua y acechante todas las dianas del mundo actual.
Hace poco se publicó el libro "Culture Warlords: My Journey into the Dark Web of White Supremacy" (Señores de la guerra de la cultura: mi viaje hacia la web oscura de la supremacía blanca), escrito por dos académicas hebreas norteamericanas, Talia Lavin y Jessie Daniels. Esta última publicó en 1997 otra obra con el sugerente título "Mentiras blancas. Raza, clase, género y sexualidad en el discurso supremacista blanco". En realidad, toda esta narrativa que impone el mito del "blanco malísimo", y toda esta literatura tendenciosa encuentra por desgracia un amplio y rápido eco y divulgación. No es otra cosa que un ataque frontal contra la identidad de la raza blanca que los "antirracistas" enmascaran cambiando el nombre al acusado.
Por su parte, fue el sociólogo afroestadounidense W.E.B. Du Bois, un negrito educado en Harvard y otras prestigiosas universidades liberales, quien, además de ser masón, habló por primera vez de la idea del "privilegio blanco" en la década de 1930.
Más de 40 años después, el trabajo de Du Bois inspiró al intelectual y activista estadounidense de ideología comunista Theodore W. Allen. Su folleto "White Blindspot", que contiene un ensayo de Allen y otro del historiador Noel Ignatiev, del que hablaremos a continuación, se publicó a finales de la década de 1960. Se centró en la lucha contra el "privilegio de la piel blanca". El 15 de junio de 1969, el New York Times informó que la Oficina Nacional de Estudiantes para una Sociedad Democrática (SDS), con una amplia representación del elemento judío (entre ellos sus fundadores Alan Haber, Carol Cohen y Tom Hayden), pedía "una lucha total contra los 'privilegios de la piel blanca'". En 1975, Allen escribió el libro "La Invención de la raza blanca" (1975), un detallado análisis sobre la creación del "racismo" en EE.UU., con el que el autor se convirtió en uno de los primeros en hablar de los privilegios de la población blanca dentro de la sociedad norteamericana.
A finales de la década de 1980, el término ganó nueva popularidad en los círculos académicos y el discurso público después del ensayo de la académica feminista y antirracista Peggy McIntosh, que lo empleó en 1989 en un artículo titulado "Privilegio blanco y privilegio masculino: un relato personal de venir a ver las correspondencias a través del trabajo en estudios de mujeres". En 1986, McIntosh había fundado el Proyecto Nacional SEED ("Buscando Equidad y Diversidad Educativa"), una institución cuyo personal, mayoritariamente femenino y multicultural, se ha convertido en el mayor proyecto de desarrollo de profesores dirigido por pares para educadores en los EE. UU. Como de costumbre, el Proyecto SEED ha sido financiado por un importante elenco de "donantes privados", entre ellos 15 fundaciones capitalistas, incluida la Fundación WK Kellogg y la Fundación Andrew W. Mellon.
No obstante, el concepto de "privilegio blanco" fue desarrollado en realidad por el historiador judío Noel Ignatiev (no Peggy McIntosh), militante del Partido Comunista y miembro del Instituto WEB Du Bois, conocido por su llamamiento a abolir la "blancura", es decir, por homologar a nivel institucional el genocidio blanco. Este narigudo personajillo (foto), hijo de judíos rusos establecidos en yankilandia, fue coeditor de la revista "Race Traitor", que promovió la idea de que "la traición a la blancura es lealtad a la humanidad".
La revista "Harvard Magazine", en un artículo bajo el título "Abolir la Raza Blanca", recogía en septiembre-octubre de 2002 algunas de sus jugosas declaraciones:
"John Garvey y yo decidimos que era hora de lanzar un diario para documentar esa guerra civil. El resultado fue Race Traitor, cuyo primer número apareció en el otoño de 1992 con el lema "La traición a la blancura es lealtad a la humanidad" en su portada. El objetivo era hacer una crónica y analizar el hacer, rehacer y deshacer la blancura".
"Race Traitor fue un intento de ejecutar la película al revés, de explorar cómo las personas que habían sido criadas como blancas podrían volverse no blancas...".
"El objetivo de abolir la raza blanca es a primera vista tan deseable que a algunos les puede resultar difícil creer que pueda incurrir en otra oposición que no sea la de los supremacistas blancos comprometidos. Por supuesto, esperábamos el desconcierto de las personas que todavía piensan en la raza como biología".
"No se equivoque al respecto: tenemos la intención de seguir golpeando a los hombres blancos muertos, y a los vivos, y también a las mujeres, hasta que la construcción social conocida como 'la raza blanca' sea destruido, no 'deconstruido' sino destruido".
¡NO lo permitamos! Hoy más que nunca: ORGULLO BLANCO.
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