Nuestros principios para una política campesina nacional revolucionaria
La cultura y el modo de vida alemanes arraigados en nuestro pueblo deben su fuerza sobre todo al campesinado, de cuyas generaciones han surgido los mejores elementos de nuestra nación. Durante muchos siglos, el campesinado fue, por tanto, la fuente de la fuerza de nuestra nación, de la que supo renovarse una y otra vez. Con los albores del siglo XXI y casi 80 años de dominio extranjero anglo capitalista en suelo alemán, el campesinado se encuentra ahora casi al borde de la extinción.
Desde 1945, la proporción de la población agrícola se ha reducido del 20% a sólo el 2%, e incluso las últimas granjas que quedan corren peligro de desaparecer bajo la actual política dominante, si es que no se han fusionado hace tiempo para formar sociedades y corporaciones con el fin de cultivar superficies más grandes y resistir así la presión de la competencia capitalista global. Al mismo tiempo, la muerte de las pequeñas explotaciones hereditarias debido al envejecimiento de la profesión y a la falta de descendencia -ya sea por la pobreza infantil (pobreza familiar) o por el empleo de los herederos fuera de la agricultura- hace que las explotaciones familiares ligadas a la tierra cedan cada vez más terreno a las grandes explotaciones capitalistas.
Cada año mueren en Alemania una media de 12.500 explotaciones, mientras que las grandes explotaciones, que pueden tener hasta 20.000 hectáreas, reciben la mayor parte de las subvenciones agrarias de la UE. Muchas granjas ya se han transformado en explotaciones de producción agrícola basadas en la mentalidad del agricultor para seguir siendo competitivas. Ahora, los gobernantes también quieren suprimir la desgravación fiscal del gasóleo agrícola utilizado para la maquinaria agrícola y las subvenciones estatales, algunas de las cuales son vitales para la supervivencia: una carga existencial más para el sector agrario, ya de por sí muy presionado.
Es importante que no sólo mostremos nuestra solidaridad con la comunidad agrícola, sino que también utilicemos las siguientes tesis para desarrollar soluciones en el ámbito de la política agrícola que tengan en cuenta la autosuficiencia de nuestro pueblo.
TESIS 1:
Como movimiento revolucionario nacional, reconocemos al campesinado como garante de asegurar el suministro de alimentos del pueblo a partir de su propio suelo. Si el sistema alimentario muere, nuestro pueblo ya no podrá alimentarse de su propio suelo y dependerá totalmente de las importaciones y de los agronegocios mundiales. Si no mantenemos nuestra autosuficiencia alimentaria de largo alcance, corremos el riesgo de dejar de ser capaces de abastecer a nuestro pueblo con alimentos suficientes en caso de una crisis política mundial en la que algunos países productores acaparen sus reservas de alimentos o éstas sean destruidas, como en el caso de la guerra en Ucrania. Hay que poner fin a esta fatal evolución e invertirla para que la mayor parte de nuestros alimentos esté disponible a través de una autosuficiencia segura. Asegurar los alimentos de nuestro propio suelo debe ser la máxima prioridad de los políticos.
TESIS 2:
La profesión de agricultor debe recuperar más respeto social y salvarse de la desaparición. Hay que evitar tanto la denigración del honor de la profesión mediante la difamación constante de los agricultores como «plagas climáticas», «contaminadores» o «explotadores de animales», como la transformación de la explotación en una empresa agrícola a gran escala puramente calculadora desde el punto de vista económico. Para ello, debe haber incentivos estatales para aprender la profesión de agricultor y una mayor subvención de las explotaciones pequeñas y familiares para facilitar que los herederos sigan dedicándose a la agricultura en lugar de obligarles a dedicarse a otras profesiones por falta de perspectivas de futuro.
TESIS 3:
La vida en el campo debe volver a ser atractiva y hay que animar a la población urbana a emigrar de los centros urbanos al campo. En lugar de destruir la base de la existencia en el campo mediante el adelgazamiento de la comunidad agrícola y la migración de la industria, debe producirse el proceso inverso. En este contexto, la construcción de viviendas subvencionadas por el Estado en el campo es una importante medida sociopolítica. Las instituciones educativas también deberían volver a ubicarse cada vez más en el campo. Esta síntesis de naturaleza, arraigo en los terrones, educación y trabajo permitirá armonizar a las personas y el medio ambiente a pesar de los aspectos negativos de la civilización avanzada.
TESIS 4:
La independencia de las empresas mundiales de semillas es una tarea importante. En la medida de lo posible, debería ser posible obtener la base de los piensos y las semillas de nuestra propia producción. Cultivando nuestros propios alimentos en nuestros propios huertos, nuestro pueblo recuperará una comprensión sana de cómo tratar los alimentos. Los alimentos modificados genéticamente y los productos nocivos para el ser humano deben sustituirse por productos de alta calidad de origen nacional. Las semillas híbridas también deberían retirarse de nuestros campos, ya que no producen nuevas semillas genéticamente heredables y, por tanto, hacen que los agricultores dependan de las empresas capitalistas de biotecnología.
TESIS 5:
Hay que arrebatar la tierra a las empresas agrícolas y devolverla pieza a pieza a la propiedad de las pequeñas explotaciones familiares. Los economistas suelen afirmar que las grandes empresas agrícolas son más rentables que las pequeñas explotaciones y que, por tanto, la concentración de la agricultura en explotaciones capitalistas es mejor. Sin embargo, lo cierto es lo contrario. Sin embargo, las empresas agrícolas en constante crecimiento con inversores que no proceden del sector agrícola se ven favorecidas por las subvenciones, mientras que a menudo sólo quedan migajas para las explotaciones familiares. También aquí debe invertirse la situación. A largo plazo, el objetivo debe ser reducir el número de grandes explotaciones y dividir la tierra en muchas explotaciones más pequeñas. Para volver a aumentar el número de pequeñas explotaciones y de explotaciones hereditarias, hay que centrarse en la rehabilitación del honor de la profesión de agricultor y en la formación del mayor número posible de jóvenes agricultores, como se menciona en la tesis 2.
La profesión de agricultor es uno de los pilares más importantes de nuestra nación para la supervivencia y la nutrición de nuestro pueblo, ¡especialmente en tiempos de crisis política mundial! ¡No permitamos que el gobierno del desastre anti alemán de Scholz y Habeck acabe con nuestros agricultores alemanes con el pretexto de una «política climática» sectaria y que pronto ya no podamos alimentarnos de nuestra propia tierra «gracias» a los que están en el poder!
(Extraído y traducido de la página web de Der Dritte Weg
por gentileza de devenir europeo)
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