PSICOLOGIA DE LAS MULTITUDES
Escrito en 1895 por Gustave Le Bon (1841 - 1931), médico y quizás el mejor analista de este tema, este libro es esencial pese a haber sido escrito hace ya tanto tiempo, lo que no evita que se deba actualizar algunas de sus precisiones, que no sus bases, las cuales siguen siendo válidas.
Uno se pregunta ¿Por qué no se publica hoy en día sobre este tema a nivel popular? Y la respuesta es que si se estudia, y mucho, intensamente, pero se camufla bajo la etiqueta de marketing, de publicidad, de propaganda para masas, especialistas en influencias, etc… mientras que los psicólogos básicamente tratan individuos, no multitudes.
La razón de tener que ir a Le Bon es que todo el estudio moderno no se atreve a exponer las cosas en su realidad y usan todo tipo de envolventes para no ‘ofender’ a las masas. Si una empresa de marketing de influencias o de publicidad expusiera lo que Le Bon dice, sería atacada en la prensa y odiada por las multitudes a las que quiere vender sus productos.
Y es que la primera base a definir sin ambages es que las multitudes no razonan, esta es la base de todo. Las personas pueden razonar, las masas no. O sea una multitud es incapaz de razonar con lógica, se mueve de forma muy diferente a una persona aislada.
Ante todo hay que comprender también que una multitud no es solo gente reunida, incluso puede existir sin estar reunidos. Son masas bajo una influencia psicológica común, y actúan entonces de forma distinta que individualmente.
Y esta es la primera diferencia a resaltar sobre lo que en su día expuso Le Bon y la situación actual. En 1900 las multitudes eran casi siempre producto a reuniones masivas, que una vez disueltas dejaban de existir como tales, no existían los medios actuales que permiten crear multitudes sin reunión física permanente. La TV, internet, radio y los variados medios de comunicación impersonal hacen que se deba considerar la ‘multitud’ como una masa no siempre reunida pero influenciada por los mismos condicionantes psicológicos, de forma que pueden manifestarse en reuniones físicas pero no siempre ni de forma permanente.
Pongamos un ejemplo: Cuando se condicionó que se debía salir al balcón a aplaudir a los sanitarios en el Covid, se generó una multitud no física, pero que actuaba bajo condicionantes iguales. No se meditaba si era lo mejor o había otras formas de hacer algo en el Covid, y además el que se hubiera opuesto a esa forma y propusiera otra hubiera sido insultado de ‘insolidario’ por lo menos, sus vecinos le hubieran rechazado e incluso cortado relaciones. Seguramente no se le dejaría exponer ‘razones’ (y menos en medios de difusión) de forma que quedaría como un ‘negacionista’ anti social que despreciaba a los medios sanitarios, aunque nada de ello fuera cierto. Este es un caso sencillo de comportamiento de multitudes no físicas.
Otro ejemplo es el condicionamiento de poner banderas o símbolos en los balcones en ciertas situaciones, que se convierte en una muestra de ‘sí o no’ sin debate ni posturas razonadas, no hay posibilidad de posiciones diversas, y se puede llegar a agresiones o enfrentamiento entre vecinos aunque en un diálogo razonable se podrían entender.
El poder de las masas ha existido siempre de forma puntual pero ahora no es que exista, es que se toma como lo bueno y lo deseable, como si fuera posible que las masas dirigieran algo. Se ha hecho creer a las masas que mandan, que la democracia son ellos y pueden dirigir. Nada más falso, jamás las masas han dirigido nada, han sido utilizadas, han realizado lo que se deseaba de ellas, incluso lo que era necesario que hicieran, pero ni lo planificaron ni lo dirigieron, ni construyeron nada sobre su acción.
Por eso en realidad la obra de Ortega y Gasset ‘La Rebelión de las Masas’ es en realidad una mentira como título. Las masas no se han rebelado ni impuesto su poder, lo que pasa es que se las ha hecho creer que dirigen, no solo las utilizan sino que han logrado que la hipocresía llegue a hacerlas creer que mandan.
Las masas destruyen no construyen. Pueden acabar con poderes, imponer cambios, pero la construcción de algo nunca lo hace las multitudes.
ALGUNAS BASES DE PSICOLOGÍA DE MULTITUDES
1- No hay nada premeditado en las acciones de las multitudes, en todo caso los inductores si las tienen pensadas, y las inducen en las multitudes, pero no sale de la multitud un plan, sino acciones puntuales instintivas.
Por ello cuando se ve una planificación de actos masivos, puedes estar seguro que hay detrás unos inductores que son los interesados en ese plan.
2- Las mentiras, fábulas, inverosímiles, etc. no son problema, todo lo creen unas multitudes en acción. Ponía el libro el ejemplo de cómo se persiguieron a personas por las masas de París, cercado por los prusianos, por encender una vela que se veía por la ventana, creyendo que era para señalar el lugar al enemigo. Pese a explicarlas a la masa que esa vela no se ve a unos Kilómetros donde estaba en enemigo, eso no servía de nada.
Por eso no sirve de nada probar que los crematorios de Auschwitz no sirven para lo que se les achaca, las multitudes asociadas a la idea del Holocausto no van a meditar ni pensar.
No distinguen error o falsedad por razonamientos lógicos.
Lo inverosímil les puede parecer lo más normal. Incluso ser lo que más les motive.
No sirve de nada el medio ‘demostrativo’. No importan los hechos sino como se presentan, sus imágenes, los lemas, el hecho en sí no importa casi nada.
Las utopías o las ilusiones filosóficas son de lo más interesante para las masas aunque luego en la realidad no se apliquen jamás porque serían un desastre aún mayor. Hoy las masas tienen la ilusión de que el progreso les dará todo lo que desean. No importa que sea o no cierto.
A las masas no les preocupa algo falso, sino algo que no les guste.
3- Las imágenes seducen a las multitudes aunque no tengan nada que ver a nivel racional con el tema tratado. Mostrar una foto de un montón de cadáveres es lo que vale, no importa si eran judíos o alemanes asesinados en Dresde. Falsificar fotos ha sido una táctica constante en todo manejo de multitudes. En la publicidad es la base de todo, imágenes rápidas, muchas, aunque nada tengan que ver con las cualidades del producto. Una chica guapa publicita un coche, un hombre ligando publicita un perfume, un anciano subiendo en bicicleta publicita una pomada contra el dolor articular… nada es real, solo imágenes.
Las imágenes, videos, Tv, ect valen mil veces más que toda explicación para las multitudes.
4- Los sentimientos que animan a las masas son simples y exagerados. O sea sin mucho detalle ni precisión, y totalmente fuera de equilibrio con las acciones o propósitos de la masa. Los taxistas se manifiestan contra Uber y serían capaces de quemar un coche de Uber, que no es de Uber sino de una persona que trabaja para Uber y que no tiene culpa de nada. Es simple: “Muerte a Uber”, exagerado: quemar el coche de alguien que se cruza en el camino, no la oficina de Uber, lo que requiere preparación y un plan (a no ser que el organizador de la multitud lo tenga ya previsto en el recorrido y el plan).
Muestra un niño africano que llega agotado a una playa y la multitud pedirá que todos los inmigrantes sean acogidos y se les de todo lo que quieran. Si en vez de eso se mostrase un grupo de inmigrantes acosando a una mujer, será todo lo contrario. No hay razonamiento sino una posición simple y radical.
Una multitud creía que un personaje era un traidor y lo querían matar allí mismo. Un amigo del falso traidor gritó a la multitud: ‘No lo matemos aun, primero haremos que confiese los colaboradores y luego ya se le fusilará’, así logró salvarlo, pues una vez disuelta la multitud todo es distinto. Si hubiera dicho que no era traidor, la multitud hubiera asesinado al falso traidor y a su amigo como colaborador.
5- La sugestión en una multitud es casi un proceso hipnótico, lo que unos dicen, los demás no solo lo creen sino que creen que es idea propia. Si un grupo cree ver algo, los demás creen verlo también. Hay que desconfiar de los testimonios de muchedumbres.
Si ahora se empezara a presentar por Tv gentes que creen haber visto OVNIS, habría una plaga de gentes viendo OVNIS. Parte del éxito de los programas de adivinas y de astrología es el hecho de que la multitud ve esos programas o lee la astrología en los diarios o revistas y eso hace que aseguren que son ciertos y válidos estos sistemas.
Seguramente una parte de los ‘testigos’ de las supuestas cámaras de gas en Auschwitz no piensan ni siquiera que mienten, sino que oyeron esto y asumieron que ellos lo habían visto también.
6- La impunidad de formar parte de una masa evita los frenos de la prudencia. Y además los malvados, ignorantes y necios se ven libres de ser catalogados como tales e imponen su barbarie a los demás.
Cuando vemos la quema de conteiner o rotura de escaparates, robos en tiendas durante una de esas desbandadas de multitudes, hay sin duda entre ellos auténticos gamberros o ladrones, pero muchos actúan así en colectivo pero jamás lo harían si estuvieran solos.
Matanzas realizadas por grupos amplios de gentes se realizan aunque muchos de ellos sean buenas personas de forma individual.
No pueden controlar sus instintos o actos reflejos sugestionados por la multitud.
7- La multitud se cree invencible, cede por ello a los instintos sin control. No aceptan un freno o un tema que se interponga.
Nada es peor que enfrentarse a una multitud con razonamientos, serás avasallado, considerado el peor enemigo aunque tus razonamientos sean lógicos e incluso en parte favorables a lo que mueve a la multitud. Todo pequeña pega u oposición se transforma para ellos en el peor enemigo.
Es un error creer que la multitud obra en su ‘beneficio’ personal, no es así. Actúa en beneficio del objetivo que los mueve (inspirado por los agitadores). Un ejemplo es que la muchedumbre de pobres que asaltaron las Tullerias en 1848 no robaron nada de ellas… aunque un solo objeto podría haberle dado mucho dinero a cada uno. No actuaban por interés individual, solo querían destruir el símbolo real.
8- Las palabras son esenciales, no los discursos ni explicaciones, sino palabras, lemas cortos. Democracia, social, igualdad, libertad… como negacionista, feminista, machista, facha, terrorista,
Hay palabras que se convierten en religiosas, se pronuncian con devoción, como sagradas, aunque con ellas se hayan cometido todo tipo de tropelías. Y otras son símbolo del Mal, del Diablo.
El significado de las palabras para las masas es variable. Cuando se inició la revolución bolchevique se usaba la palabra ‘democracia’, luego una vez en el poder los demócratas eran acusados de anti revolucionarios burgueses. Hoy en fascista desde el PP al PSOE para cierta propaganda.
Creo que un ejemplo tremendo en ‘democracia’, la usan desde la extrema derecha Vox a la extrema izquierda CUP o Podemos, en todos sus actos y propaganda, inclusivo los ‘alternativos’ la usan por miedo a no usarla. Es una palabra sagrada. Lo mismo pasa con Holocausto o Igualdad.
Otro ejemplo es como han cambiado de ‘revisionista’ a ‘negacionista’, es un cambio general en todo, y es muy significativo. Revisar algo es aceptable, negarlo (todo, pues se propone que se niega todo) es de locos fanáticos.
Por eso negacionista se usa también para el Covid, para todo lo que se oponga a algún tema del sistema.
Las palabras que se usan en las pancartas son esenciales para las masas que las seguirán. Como los lemas que se gritan. Ambas cosas pueden no tener nada que ver con la verdad o la realidad del tema.
9- Los cambios sociales y políticos dependen de cambios en los ‘ideales’ de las masas. Y siempre, siempre, la destrucción de una creencia entre las masas necesita la aparición de otra nueva.
Hoy en día la religión ha dejado de ser la idea central de los pueblos en Europa, no así entre los islámicos ni en la India, por ejemplo. Y aun es un tema importante la superstición en muchos pueblos de África.
Por tanto en Europa el ‘progreso’ y la ‘democracia’ han ido tomando el lugar como ideas-fuerza entre las masas. No importa que sean absurdas, con tantas utopías y bajezas, que sean solo pantallas del poder del dinero, eso no importa, simplemente ocupan un vacío en el Olimpo actual de los dioses.
Una idea para multitudes se debe afirmar, nunca ponerla solo como una posibilidad, debe ser para la multitud una propuesta única, firme, sencilla y sin dudas. Y repetirla, no cambiar cada vez los lemas o propuestas.
Podría parecer un error esa idea actual de los partidos de ir cambiando según la opinión de voto, pero es que solo cambian pequeñas propuestas, dirigentes, pero el mensaje básico debe ser constante y repetitivo.
10- Éxitos y Fracasos
Las multitudes se mueven por éxitos o posibilidad de éxitos futuros, pese a fracasos presentes.
Por eso el NS debe centrarse en el éxito de 1933, sus causas y temas, su ejemplo para futuras soluciones, no en la guerra.
Y es por eso que en Alemania está prohibido alabar los éxitos del Reich de 1933-1939, y tratan incluso de anular todo heroísmo de la guerra con el mal llamado Holocausto.
Es ese éxito de la URSS en la guerra mundial lo que hace que haya aun raíces comunistas en Rusia, pese al desastre comunista posterior, mientras que en los países ‘ocupados’ por el comunismo eso no existe, sino lo contrario.
Por esa misma razón es difícil que se manifiesten masas por los intelectuales de la Revolución Conservadora, no tienen arraigo popular, no ganaron nunca, ni mostraron nada a las masas, y en cambio Hitler fascina incluso pese la gigantesca propaganda contraria.
11- Agitadores y Hombres-Mito
Es fundamental para que una multitud actue como tal el que sea dirigida por un grupo (o una persona) de agitadores que dirijan las masas, esas no harán nada por sí solas. Como ya hemos dicho, las masas no construyen pero incluso para destruir, protestar o crear impresión de fuerza, es preciso que sean dirigidas, aunque ellas no lo sepan apreciar.
Hay dos tipos de agitadores de masas: los que creen en lo que dicen y los que solo utilizan las masas para un fin propio, de partido, de votos, de cargos, de popularidad, de relumbrón personal… pero en ambos casos la masa debe creer que el agitador cree firmemente en lo que dice y propone.
Si desaparece el agitador o su grupo, la masa se disuelve. Por eso en vez de perseguir a las masas hay que detener a los agitadores. La represión contra masas en general es la forma mejor para aumentar el poder de la multitud.
El que maneja multitudes debe usar palabras neutras o favorables para nombrar temas que las masas no van a aceptar o gustar en sí mismas. Así nunca se habla de censurar a los fascistas, sino de ‘prohibir el odio’… no se debe plantear romper escaparates sino ‘atacar al capitalismo’, etc.
Los agitadores deben pasar desapercibidos como tales, al menos de forma clara, se mezclan en la multitud o bien forman una primera fila o dirigen una arenga, pero no presentándose no como un mando o dirigente sino como parte de esa multitud. Es distinta una multitud que un acto de partido.
El agitador debe apoyarse en un hombre o idea que tenga características ‘religiosas’ para las masas, realmente de un prestigio especial.
Figuras como Jesús, Marx, Hitler, Buda, Lenin, etc., o ideas fuerza como España, Democracia, Libertad, Independencia,
De esa forma el agitador queda ‘sacralizado’ por las ‘Figuras o Palabras’ míticas que asume como su referencia.
CONCLUSION
la psicología de multitudes, hoy en día hay que actualizarlo básicamente en dos aspectos nuevos:
1- Las multitudes no presenciales, creadas por medios como internet, telefonía de grupos o TV, tema que es esencial para entender el manejo de multitudes sin reunirse físicamente pero que actúan en esos medios con las mismas condicionantes que las que indica el libro.
2- Los adelantos en la psicología de publicidad de masas, que mediante los medios de información masivos genera llamadas a multitudes y las condiciona totalmente en su acción posterior física.
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